El turismo rural contra la fatiga pandémica
Turismo Rural frente al Covid
No hay la menor duda de que los espacios abiertos, la naturaleza y los pueblos, fueron – y serán – la mejor receta para combatir la actual fatiga generada por los confinamientos, las restricciones y las limitaciones de movilidad: el Turismo Rural frente al Covid.
En este aspecto, los apartamentos y casas de turismo rural, así como los pequeños campings y áreas de autocaravanas, demostraron ser durante los meses de apertura del 2020, la mejor opción para huir del confinamiento domiciliario al que nos vimos obligada y necesariamente abocados por el descontrol generado por la COVID-19.
El nuevo año, junto con la llegada de las primeras vacunas, nos traía esperanza, pero sobre todo la ilusión de la vuelta a esa más que deseada «vieja» normalidad… pero ocurrió lo que todos sabíamos: La tercera ola… – o la cuarta en Aragón, por aquello de ir siempre a la cabeza –.
Las semanas pasan y se nos hace largo, muy largo, tanto a quienes desean viajar y no pueden salir de su barrio, ciudad, provincia o unidad sanitaria, como a quienes necesitamos que «llenéis» nuestros pueblos, casas, restaurantes o negocios.
Cómo hacer frente a la fatiga pandémica
La naturaleza es y será siempre el encuentro del ser humano consigo mismo. Anhelamos los espacios abiertos, el aire puro, ver las estrellas por la noche y distanciarnos de la sociedad – hoy más que nunca, y nunca mejor dicho – en lugares donde la gente vive junto a otras personas, y no encima de ellas. Donde mirar hacia arriba significa ver el cielo, las aves – o incluso el quebrantahuesos – y no edificios, señales, cámaras y semáforos. El poder oír el mugir de una vaca o el ronroneo de un «Jondere» labrando a lo lejos. Allí donde las puertas mejor cerradas, son las que están abiertas.
Lo llaman fatiga pandémica, y por todo lo dicho en el párrafo anterior, lo mejor para combatir ese estrés y cansancio mental es, y será, venir de turismo rural.
Y volverá, volveremos a viajar, volveremos a poder reencontrarnos con nuestros familiares, a disfrutar de una copa de vino con nuestros amigos y a darles un abrazo sin temor alguno, cuando llevemos dos.
Y aquí estaremos, los pueblos, donde siempre, esperando al forastero con los brazos abiertos, con todo lo que el turismo rural ofrece, que sin duda, es lo que estas deseando.